
- Decía Herbert Read que la action painting podría ser definida como una especulación plástica sobre la naturaleza del infinito. Quizás también podría aplicarse a la obra del salmantino RUBÉN RODRIGO, en esa armonización y compenetración entre mente y materia, entre espíritu y existencia.

- Aunque también viene a cuento ante esta oda al color lo que mantenía el francés Pierre Francastel al referir que el pensamiento plástico tiene su propio lenguaje, que son las obras de arte. Y éstas lo son en letras mayúsculas en tanto que constituyen una revelación que le muestra al hombre que hay todavía dimensiones a la espera y que como tales le ofrecen otra cosmovisión más.

- Y en esa dimensión del color a la que nos trasladan estos espacios que nos colman y empapan, se nos otorga el mutarnos de acuerdo con esta proposición que da cobertura a todo nuestro intelecto, que guía nuestra ansia de internarnos por un camino que se sabe ilimitado y pleno de gozo. Como si las sombras ya hubiesen declinado y se hubiesen apartado hasta enterrarse en el cieno.

- La locura, el delirio, el sueño no perciben el paso del tiempo. Tampoco lo percibe la pequeña muerte de la cópula.
(Roa Bastos)