
- El leonés y residente en Oviedo GARCÍA BENAVIDES le imprime a sus paisajes emocionales tal intensidad cromática que segregan una visión que atrapa la mirada y la posee.

- Son como obras tatuadas en la piel de la tierra a la que pigmentan y marcan con texturas como si fuesen arrugas de una creación que se contempla a sí misma como la existencia de una voluntad telúrica.

- Su pintura se convierte en una una unidad protagonista, que enlaza una aventura física más allá de la emoción y la reflexión, que se desnuda para dar visibilidad a un continente que hemos olvidado.

- ¿Y dejaste a la nada
- tu esperanza abrasada
- abandonando al fuego
- todo el humos del ruego?
(Juan-Eduardo Cirlot)