
- Murió en brazos del silencio porque la tacharon de una ama de casa aficionada que no podía entorpecer el reconocimiento de la paternidad expresionista a Pollock, aunque este mismo reconociese asombrado su técnica y creatividad.

- El mismo Greenberg que al principio la ensalzó como una pionera, después corrió una cruel cortina sobre su obra hasta condenarla anonimato, al extrarradio del amateurismo, del suburbio artístico ignorante pero insolente.

- Pero lo que no se pudo evitar es que su producción desapareciese, ni se pudiese romper su entraña y sello, su autoría y semilla, sus laberintos y polvos de estrellas, sus geologías y rayos, sus estallidos y meandros de espacios abiertos.

- Para no despertar el alba traía lluvia y la luna
- enfriaba el juramento de los guerreros y secuestraba el metal
- al fuego.
- (José Lezama Lima)