Un breve paseo por obras y artistas que infunden otra forma de mirar. Es una aproximación cuyo deseo es provocar otras emociones más íntimas y cercanas si cabe. Es una forma de mirar, otro modo de ver, un ardid para engañar, un truco para esperar, otra historia para seguir, un cuento de no acabar. Y de seguir sin perder de vista lo de más atrás.
JULIA E. ETEDI / CUANDO PINTO NO VIVO EN LA TIERRA
Reinhardt, según cita de Kosuth, decía que lo único que se puede decir sobre arte es que es desalentación, inmortalidad, inquietud, informalidad, inespacialidad e intemporalidad. Esos han sido siempre los fines del arte.
Por el contrario, la obra abstracta de la franco-húngara ETEDI es aliento y vida, intuición para sentir un espacio que de mental se hace físico a través de una conjugación abierta, aérea y poética de los colores -revestidos de delicadeza- y las tonalidades.
Su sentido lúdico roza lo místico hasta dilatarlo en una esfera que sumerge en su interior al que la contempla, y explora y percibe su significado, al que acierta a ver un sentido singular que comparte y evoca.