Un breve paseo por obras y artistas que infunden otra forma de mirar. Es una aproximación cuyo deseo es provocar otras emociones más íntimas y cercanas si cabe. Es una forma de mirar, otro modo de ver, un ardid para engañar, un truco para esperar, otra historia para seguir, un cuento de no acabar. Y de seguir sin perder de vista lo de más atrás.
GRAHAM DEAN (1951) / AL ALBA LOS CUERPOS NO TIENEN DESTELLOS
Decía Victoria Combalía que es justamente la cualidad que posee el arte de ser subjetivo y universal, la que a la vez hace que los efluvios de la psique del artista se conviertan en signos comprensibles para cualquiera dotado de sensibilidad.
Es precisamente esa impronta psicológica la que ha llevado al británico DEAN a transmitir plásticamente esa cualidad a cuerpos y rostros, en los que hallamos un sentir profundo que nos penetra.
Y así es como el desarrollo y proceso de sus obras por medio de la técnica de la acuarela hace que su visión subyugue a la mirada impregnándole de ese enigma oculto que la manifiesta como una magnitud sensorial y metafísica.
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