
- No puedo dejar de citar a Adorno cuando dice que en ninguna obra de arte es el espíritu un ente, sino algo que llega a ser, que se está formando, que sigue a sus obras en la dirección en la que avanzan y desata su lenguaje inmanente.

- Pero llega entonces el vallisoletano MARCOS con su obra cargada de restos, huellas, signos, dibujos que ha hecho en las superficies el tiempo inmemorial a través suyo, conformando unos valores plásticos que se muestran como reclamos poéticos de una época ensimismada.

- En su trabajos hace que los espacios sedimenten sus extraños mensajes y se conviertan en entes que son residuos convocantes de una visión de distintas caligrafías y pátinas, y que se manifiestan como significados errantes.

- ¿Por qué está el mundo tétrico y vacío,
- como una sepultura?
- (Heine)