
- Sin poder dejar de citar a Adorno, éste señala que las obras se afirman realmente como algo de esencia espiritual aunque ya no se proponga el espíritu como sustancia.

- El americano ORTNER materializa hiperrealmente ese espíritu como océano en el que se sustancia la percepción de la vida, el sentido de una naturaleza enigmática que se desboca y quiere salir de esos estrechos límites.

- Para el mar sólo es posible la grandiosidad que se contempla como un dios que día a día nos sirve como un imaginario de referencia, como un sentimiento del que emana la fuerza de una inmensidad imposible de aprehender. Así queda de manifiesto en estas sublimes obras.

- En cualquier encrucijada
- dan sepultura ignorada
- a quien se quita la vida:
- nace una flor azulada;
- la flor del alma perdida.
- (Heine)
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