
- En el cubano QUENEDITT el pasado más remoto, el ancestral, el venerado en sus orígenes africanos, se funde con el presente en que se desenvuelve su destino.

- Él, con su obra, abre hacia el futuro los signos y símbolos de una cultura atávica que se ha conservado y ahora ha escapado al silencio. Muestra de una identidad que pervive y ya es fruto de un mestizaje.

- Sus referentes geométricos encierran un lenguaje que se transmite en un ámbito de experiencias, relatos, creencias y vidas. Confiere hasta hoy una visión acumulada de siglos y esperanzas, de sueños y desventuras, de supervivencias y creatividad.

Siento la maldición y el fuego de mi carne.
Este cuerpo que lento se devora
y se corrompe. En cada pálpito, en cada indicio,
en cada estertor vibra un grito inamovible.
- (Justo Jorge Padrón)