Un breve paseo por obras y artistas que infunden otra forma de mirar. Es una aproximación cuyo deseo es provocar otras emociones más íntimas y cercanas si cabe. Es una forma de mirar, otro modo de ver, un ardid para engañar, un truco para esperar, otra historia para seguir, un cuento de no acabar. Y de seguir sin perder de vista lo de más atrás.
MADELINE PECKENPAUGH (1991) / LUGARES DE DESTIERRO
En estas obras de la americana PECKENPAUGH es una insondable profundidad las que le confiere vida en una fronda barroca y tupida estructurada en formas fragmentadas que crecen hasta salirse del espacio.
Exuberancia de una naturaleza que al internarnos en ella somos conscientes de estar dentro de un trampantojo, de un artificio del que al final acabamos formandoparte, quedándonos la duda de si nosotros también lo somos.
La diversidad cromática conforma unas visiones paradisíacas que se han autogenerado plásticamente con la seguridad de ser seres creados para para atribuir supervivencia y significar signos múltiples de referencia.