Un breve paseo por obras y artistas que infunden otra forma de mirar. Es una aproximación cuyo deseo es provocar otras emociones más íntimas y cercanas si cabe. Es una forma de mirar, otro modo de ver, un ardid para engañar, un truco para esperar, otra historia para seguir, un cuento de no acabar. Y de seguir sin perder de vista lo de más atrás.
En las obras del alemán SCHMIEDEL , el ser se ha quedado suspendido en su propia nada y no se lo cree, por eso le pide a gritos al autor que dada su monstruosidad le deje vivir sin tener que mostrarse.
Pero esa fealdad infinita y deforme, de colores densos y desmigajados, de dibujos fantoches, ha de ofrecerse y manifestarse, engrandecerse en rostros, gestos y cuerpos.
Ya tenéis suerte, les dice, de habitar un espacio cochambroso hecho de pegotes y retales, por lo que no pretendáis ocultaros para seguir viviendo eternamente en silencio. Eso no es posible ni lo será nunca.