Un breve paseo por obras y artistas que infunden otra forma de mirar. Es una aproximación cuyo deseo es provocar otras emociones más íntimas y cercanas si cabe. Es una forma de mirar, otro modo de ver, un ardid para engañar, un truco para esperar, otra historia para seguir, un cuento de no acabar. Y de seguir sin perder de vista lo de más atrás.
EDUARD MICUS (1925-2000) / ME QUEDÉ EN LA MADRUGADA
Se ha dicho que lo informal es producto de una acción procesual, lo que hace derivar su contenido de significados pertenecientes al horizonte subjetivo de la inspiración del gesto artístico.
Así es como el alemán MICUS ha concebido su obra, como una correlación de fuentes, inspiraciones, vivencias y giros sobre la dinámica y el desarrollo de una plástica que se entroncase con su propio hacer.
Somete el soportea distintas pruebas, merced a las cuales establece una complicidad de intuiciones y saberes con la materia, con sus inflexiones, con una significación de las fuerzas sensitivas que reflejan un entendimiento frustrado por lo efímero, lo inagotable, lo destinado a servir como señal de conexión y vínculo arrojado y deshecho.
Yo no tuve suerte,
trozos de mi cerebro vagan como estrellas solitarias