Un breve paseo por obras y artistas que infunden otra forma de mirar. Es una aproximación cuyo deseo es provocar otras emociones más íntimas y cercanas si cabe. Es una forma de mirar, otro modo de ver, un ardid para engañar, un truco para esperar, otra historia para seguir, un cuento de no acabar. Y de seguir sin perder de vista lo de más atrás.
JOSÉ MONDÉJAR (1942) / HAY ENCANTAMIENTOS QUE NO CESAN
Ante el espacio, se confiesa el madrileño MONDÉJAR, todo es enigma y jeroglífico, pero para desentrañarlos se ha de percibir el clamor flamígero del color.
Sus obras son hondonadas planas que captan la luminosidad de un sortilegio que entre tonalidad y tonalidadse convierte en una cosmovisión lírica poblada de entes que se mueven entre surcos de silencio.
No hay derramamientos, sino ritmos líricos de decidido empuje, de impulsos sosegados, de escondites y misterios, de juegos en los que resulta vencedora la opción visiva en su totalidad, pues son superficies que emergen y gestan