La pintura actual, en sus miles de manifestaciones, siempre vuelve sobre sí misma, utilizando distintos e iguales recursos, obsesionando a la imagen para exprimirla más y más,tratando de devolvernos una visión que oscile entre el estupor y la noción.
La joven española ANDREA muestra sus preocupaciones y reflexiones sobre la propia condición femenina, sobre sí misma, destapando a través del impacto visceral del color, aquello que no se ve y que sutilmente deja en el aire, porque esas manchas no son para leer, son para escarbar en ellas.
No es un cromatismo duro sobre un dibujo hábil que sabe encuadrarlo, es un cromatismo que conjuga variaciones según la esencia de sus significados, de sus contrastes y correspondencias, de sus dudas y vacilaciones. Pero calan en la mirada y en la carne, y en el futuro, de continuar en esa línea, tendrán mayores inmensidades por la que despeñarse.
Que no se…
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