Un breve paseo por obras y artistas que infunden otra forma de mirar. Es una aproximación cuyo deseo es provocar otras emociones más íntimas y cercanas si cabe. Es una forma de mirar, otro modo de ver, un ardid para engañar, un truco para esperar, otra historia para seguir, un cuento de no acabar. Y de seguir sin perder de vista lo de más atrás.
FAUSTO OLIVARES PALACIOS (1940-1995) / ES IMPOSIBLE CEÑIR LA CARNE
El andaluz OLIVARES no limita ni acota la carne, deja que inunde el espacio, que su horror erótico sea el trayecto desde Rubens hasta el presente, que su penetración en gamas casi monocromáticas nos infunda atracción y descalabro.
Estos desnudos femeninos devoran y manifiestan el poder de su desmesura, incluso tratan de seducir con sus pieles manchadas, con sus vetas y cicatrices, con sus posturas y el clamor de su volumen.
La visceralidad de estas obras nos introduce tan a fondo en su contextura y entramado que su significado y conformación estilística, de hondas raíces barrocas y españolas, entrañan una visión insólita.