- Pensativa sustancia decía Alberti que era la pintura, pero en el caso de la obra del alemán de origen judío NUSSBAUM, muerto en un campo de exterminio, no nos sentimos inducidos a participar activamente en el alma de sus escenarios. Pues no es la muerte enamorada ni la espalda de la vida, ida o venida, que hasta abrazarla no sabemos nada (Gerardo Diego).
- Es una atroz realidad que ha ganado espacio y tiempo, ser y noche hasta transformarse en una conmoción total de la existencia. En la tela no hay una necesidad detenida un momento, es imposible si es el fruto de una violencia que el pigmento ensucia de forma diabólica. No es una superficie brillante, es nada más que un cristal roto y ensangrentado, un reflejo que mata los símbolos para conjurar la continuación de la destrucción.
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