Un breve paseo por obras y artistas que infunden otra forma de mirar. Es una aproximación cuyo deseo es provocar otras emociones más íntimas y cercanas si cabe. Es una forma de mirar, otro modo de ver, un ardid para engañar, un truco para esperar, otra historia para seguir, un cuento de no acabar. Y de seguir sin perder de vista lo de más atrás.
Los androides surgidos de la máquina de coser son nuestros dobles que quieren sustituirnos porque también desean ser protagonistas y reemplazarnos en la práctica de la impiedad.
Así lo ha entendido el peruano SÁNCHEZ, que los ha forjado amarrados a toda su impunidad, a su vocación de sucedernos en el tiempo y el espacio y al juego de la vida con la muerte.
Máquinas como iconos sumergidas hasta ahora en una invisibilidad que de repente se hace visible como indicio de una nueva civilización que ya no padece ni siente dolor, sólo sabe espiar y planear.
Sólo los hijos de los hombres
mueren en esa torre aplastante como la aniquilación.