Un breve paseo por obras y artistas que infunden otra forma de mirar. Es una aproximación cuyo deseo es provocar otras emociones más íntimas y cercanas si cabe. Es una forma de mirar, otro modo de ver, un ardid para engañar, un truco para esperar, otra historia para seguir, un cuento de no acabar. Y de seguir sin perder de vista lo de más atrás.
ELLIOT HUNDLEY (1975) / NO DEJO QUE QUEDEN EN SILENCIO
Seguramente el americano HUNDLEY se preguntará si dentro de ese cajón cerebral suyo quedará algo que añadir, algo que se necesite para completar un espacio que a pesar de estar sobrecargado parece que está suspendido y hasta vuela.
Todas sus obras están planificadas y medidas con rigurosidad, se ensamblan sin molestarse, al contrario, su organización dentro de ese aforo ofrece el clímax de la abundancia, como si la superpoblación fuese un signo plástico de lo posible.
La magia con la que el repertorio cromático deslumbra le proporciona una dimensión casi visionaria, en que lo escatológico tiene lugar si somos capaces de multiplicar nuestra visión e insertarla en nuestro cosmos.