- Otro canario que se me había pasado por alto, DOMÍNGUEZ, el inventor de la delcacomanía y de síntesis que han perdido la razón pero nunca han traicionado.
Éste ha sido un gran urdidor, no cejaba en la búsqueda de tramas y conjuras, eran apariciones que no dejaban de emerger y de latir. No se conformaba con saber hallarlas, había que adulterarlas con la angustia permanente, con el sentido inmanente, insondable que se agita en el fondo del vaso.
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