Un breve paseo por obras y artistas que infunden otra forma de mirar. Es una aproximación cuyo deseo es provocar otras emociones más íntimas y cercanas si cabe. Es una forma de mirar, otro modo de ver, un ardid para engañar, un truco para esperar, otra historia para seguir, un cuento de no acabar. Y de seguir sin perder de vista lo de más atrás.
La pintura del inglés Wilson rescata toda una saga de ferocidad que ha sido objeto de una plasticidad milenaria, y la vuelve a recrear hasta que aparezca en una nueva dimensión.
La calidad cromática y dibujística se conjugan en una realidad emboscada y cruel, con una proyección perturbadora y hasta tenebrosa que nos enfrenta a una pesadilla animal genuina.
El dinamismo de su figuración le confiere un carácter demoledor, una configuración espacial inequívoca, una fuerza que delata pasión, violencia y determinación. Si se puede vivir con ella, se soñará con ella.