Un breve paseo por obras y artistas que infunden otra forma de mirar. Es una aproximación cuyo deseo es provocar otras emociones más íntimas y cercanas si cabe. Es una forma de mirar, otro modo de ver, un ardid para engañar, un truco para esperar, otra historia para seguir, un cuento de no acabar. Y de seguir sin perder de vista lo de más atrás.
Si el mundo ya es inexistente como leyenda, la americana BENRIMON viene con su obra a intentar resucitarlo y revitalizarlo, omitiendo todo aquello de lo que puede prescindirse.
Plantea escenarios cromáticos lúdicos y vibrantes, en los que hay escisiones, integraciones, desbordamientos, redes, y copiosas tormentas de luz y rasgos.
Su efecto va más allá de su superficie, al determinar todo el espacio de su alrededor, al infiltrarse en cuerpos y miradas presentes, y contagia con su incandescente visión imperecedera la carne y lo mortal.