
- La obra del alemán SCHROEDER es fruto de un simbolismo que reta a la mirada y la hace mirar en el interior de esta energía creativa para encontrar los rastros de su propia lontananza.

- Tal iconografía resulta tan misteriosa que pone a prueba lo conocido y lo desconocido, la creencia y el tiempo que late en la misma y que se desarrolla en un espacio carente de referencias.

- Los cuerpos se ven pero no están ni se contemplan ni se perciben, únicamente se posicionan en el ojo deslizando el enigma simbólico que los atenaza en su inmovilidad.

- Yo soy nadie:
- Un hombre con un grito de estopa en la garganta
- y una gota de asfalto en la retina.
- (León Felipe)