
- Las obras de la inglesa RICHARDSON son los resplandores que nos han dejado las iconografías del arte del pasado y que la autora al hacerlas desaparecer las ha convertido en aureolas cromáticas amalgamadas como huellas de una sacralidad eterna.

- La visión palpa los ropajes, el movimiento, lo cognitivo, sensorial y emotivo que aparece en esos espacios que si comparecen tan cercanos es por una irradiación proyectada desde lejos.

- Tal es como así su pintura se ofrece como un santuario que acapara la mirada, que la hace compartir su factura plástica como si fuese un espíritu arrollador que impregnase desde ese momento el sentimiento de nuestra percepción.

- El sueño que él soñó en su juventud
- y mi sueño de hablarle, antes de que muriera,
- viven vida inmortal en el espíritu
- de esa palabra impresa.
- (Gil de Biedma)