
- Regresamos a la obra del argentino MAGLIANO para subrayar la impronta matérica que está a caballo del ser humano, que lo cubre y reviste de sombras y cicatrices.

- El espacio tiende a ennegrecerse porque al volcarse en sí mismo la tierra y carne calcinadas no quieren compartir un destino que el artista le ha asignado como identidad plástica absoluta.

- Asimismo, los estratos presienten ser cenizas y un fin de la luz y un principio de otra era, que pictóricamente se erige como una afiliación artística que deposita su extinción en estas huellas que el autor va dejando de su sombra.

- No hay corriente de gozo que no venga
- de una lejana fuente de amargura.
- (Manuel Altolaguirre)