
- La coreana BUL pone ante nuestra vista sus esculturas e instalaciones y después guarda silencio. Lo probable es que no haya ningún fin en ellas, pues la propia autora será la primera sorprendida y aterrada del giro final que han tomado.

- Son encarnaciones de un yo híbrido en perpetua metamorfosis ante un destino que da por imposible la condenación de sus monstruosidades y sus desvaríos mortales.

- En estas presencias late una crueldad que ni siquiera se perdona a sí misma, que se entrega a un frenesí feroz, turbulento, de una existencia aberrante en espera de poder devorar a una humanidad que mira para otro lado.

- Antes de convertir en presencia absoluta,
- comprendió el sencillo resumen de la vida:
- apenas ser efímera llaga en la inexistencia.
- (Justo Jorge Padrón)