Un breve paseo por obras y artistas que infunden otra forma de mirar. Es una aproximación cuyo deseo es provocar otras emociones más íntimas y cercanas si cabe. Es una forma de mirar, otro modo de ver, un ardid para engañar, un truco para esperar, otra historia para seguir, un cuento de no acabar. Y de seguir sin perder de vista lo de más atrás.
GUSTAVO ARIAS MURUETA (1923-2019) / HE MIRADO EN LA LUZ
Este año fue el fin de un pequeño fragmento de la historia de la pintura, pero también el signo invencible de que es víctima el creador, en este caso el mexicano ARIAS MURUETA: la de desaparecer él dejando un patrimonio que se conservará posiblemente para siempre.
Se decantó por la abstracción y la alquimia, por el color y las formas que se deshacen en el espacio, queriendo significar que su fortuna es no permitir que haya una historia sino una efusión permanente.
Aparentemente el juego de las tonalidades, tanto claras como sombrías, acentúan la arquitectura constructora y plástica de cada obra, en la firme decisión de que la gama visible sea ilimitada y contenga una amplitud de revelaciones para la mirada.
Viene la noche a establecer su provincia de lámparas,
de peregrinos mustios,
de rameras magnéticas bajo el ropaje de un desusado