Decía Arnold Hauser que desde el gótico, todo gran arte tiene algo de fragmentario en sí, posee una imperfección interna o externa, una detención voluntaria o involuntaria antes de pronunciar la última palabra. Al espectador o al lector le queda siempre algo por hacer. El artista moderno (y el de hoy) se estremece ante la última palabra, porque siente la inadecuación de todas ellas.
En el caso del español PEÑALVER no hay estremecimiento porque esa fragmentación está al servicio de su propia convicción, pero haciéndola estallar, hasta que la naturaleza agotada reivindique su lugar, su acción y territorio.
La máquina, en esa pintura de tonos cálidos, suaves, lindando con el pop, es una amenaza y si se alía con una arquitectura insostenible, es mayor aún. Un planteamiento plástico totalmente acorde con su propia furia, mas es una ira que tiene todo previsto en su configuración
Pero alguien
envenenó las fuentes
de mi vida, y mi corazón es
pasión inútil, odio
ciego, amor desorbitado,
crisol donde se funden
contrariedades con contradicciones.
(Ángel González).
Thanks for finally writing about >GUILLERMO PEÑALVER (1982) / LA NATURALEZA ESTÁ
EXTENUADA | Vivencias Plásticas <Loved it!
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