
- La obra de AMALIO nos sitúa más allá de un espejo hasta sondear la realidad de un espacio irreal. No son imágenes de sombras pero parecen la hechura de ellas mismas con la certeza de su destino fatal.

- Es tal su sabiduría pictórica que se siente imperdonable de ser incapaz de dar más luz a unos cuerpos que ya son signos detenidos en el tiempo, y que han emergido de una nada de la que están arrepentidos de haber salido.

- El artista se ve en ellos y ellos en el artista, porque la dimensión de las formas y su carnación duran en medio de un resplandor callado, insuflando así a las criaturas un sueño de alma visible.

- Fuegos
- negros
- llenan su corazón de cementerios.
(Juan-Eduardo Cirlot)