Un breve paseo por obras y artistas que infunden otra forma de mirar. Es una aproximación cuyo deseo es provocar otras emociones más íntimas y cercanas si cabe. Es una forma de mirar, otro modo de ver, un ardid para engañar, un truco para esperar, otra historia para seguir, un cuento de no acabar. Y de seguir sin perder de vista lo de más atrás.
El cubano VALDIVIA sabe de dónde partir pero la llegada prevista alberga sorpresas, pues son imágenes que acuden sin asociarse, sin parentesco ni relación, que nunca han coincidido antes, aunque ahora cada una establece un diálogo sin apagar la luz.
Estos collages contienen deseos y ansias a los que no les importa confundirse y satisfacerse, ya que su fosforescencia cromática les sirve de atracción, de hechuras de distintas realidades, de citas a ciegas.
Si hemos de precisar más todavía, podemos colegir que cada obra está repleta de simbolismos, si bien ellos mismos no quieren que la visión vaya más allá, ansían que la contemplación se quede fija en la brillantez de su representación.